“Arquitectura del accidente” | Remodelaciones emergentes
“La arquitectura en tiempos de pandemia” por María Eugenia Maciá y Javier Camacho, nos hace evaluar el cambio de perspectiva de las cosas que veíamos como cotidianas.
El primer confinamiento en el 2020, hizo que nuestras viviendas pasaran a ser un bien de primera necesidad.
“Cocinas habilitadas para dar o recibir clases, salones convertidos en cuartos de juego o gimnasios, habitaciones donde el descanso y el “modo oficina” transcurren sin solución de continuidad… cualquier rincón era válido para cualquier actividad.
Hay que señalar que cada espacio proyectado en una vivienda ha sido diseñado para cumplir una función. El lugar, el contacto con la ciudad, la orientación, el soleamiento, las vistas, los recorridos, el programa, los materiales, la sostenibilidad, la eficiencia energética… son algunos de los ingredientes básicos para “cocinar una buena arquitectura”. La Arquitectura es una disciplina que permite concebir espacios para el confort y el disfrute del ser humano, facilitando su desarrollo personal y favoreciendo tanto las relaciones interpersonales como la privacidad de los individuos.”
Nuestra sociedad ha vivido muchos cambios a lo largo del tiempo y hemos visto como la arquitectura ha dado respuesta a ellos de una manera práctica y funcional para las necesidades de ese momento.
El artículo termina haciéndonos reflexionar sobre la importancia de la arquitectura en los tiempos donde nuestra sociedad y entorno se ven alterados por algún factor determinante.
“El trabajo del arquitecto siempre ha pretendido ofrecer una respuesta a las necesidades de la sociedad en cada momento de la historia. La COVID-19 ha cambiado el orden de prioridades en nuestro mundo. Mientras la vivienda se ha empleado en muchos casos “solamente” como lugar de descanso (en grandes ciudades durante como Madrid es muy habitual hacer vida fuera de casa de 7 de la mañana a 9 de la noche), esta pandemia que vivimos se ha convertido en nuestro hábitat más seguro, confortable y multivalente.
El hecho de habitar una vivienda que responde a nuestras necesidades en función de las circunstancias que nos toca vivir, permite a los individuos desarrollarnos de manera plena. Una vivienda debe cambiarnos la vida: cuidarnos, calmarnos, divertirnos, abrazarnos, mimarnos, etc.
Parece necesario hacer uso de la flexibilidad y la polivalencia como metodos para satisfacer las necesidades actuales. La pandemia pasará (aunque ha sido un aviso que no deberíamos menospreciar y reaccionar antes de que lleguen otros que, según confirmen los expertos de la OMS, llegarán) pero los nuevos modos de vida han venido para quedarse y surgirán nuevas unidades de habitación con exigencias muy diversamente La necesidad de una vivienda que se adapte a diferentes usos a lo largo del tiempo y que pueda acoger distintos modos de vida, nos abordará situaciones como la vivida en 2020 de manera más flexible, más social y humana.”
La modificación, que parecía transitoria, afectó al mundo conocido. 2020 llevará en nuestro recuerdo colectivo un nombre sombrío con aroma a desgracia, pero [porque tiene que haber siempre uno], la vida y la manera en que nos levantamos abrimos nuevos estándares y requisitos sociales; y acorde a ello, una arquitectura que responde al accidente.
unopunto10 | haciendo ciudad
Fuente de consulta: https://telos.fundaciontelefonica.com/la-arquitectura-en-tiempos-de-pandemia/?fbclid=IwAR3Ml5luP3Vy9kTk1hhB-3yg5AzGI-mhx22wCRPDRmzccmlfkJkfDs_kVHk